Fragmentos siniestros, peligrosos. Pedazos de mí diseminados después de tu partida.
Reminiscencia profunda, como un pozo sin fondo. Recuerdos no barridos.
Mis ojos cerrados y tu versión holográfica caminando por oscuros callejones de mi mente.
No estábamos en Londres. Ni en Liverpool. Pero cometiste tu crimen igual, Jack. Todavía sangran mis heridas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario