domingo, enero 17

DESPEDIDAS

No me gustó como nos despedimos. Sus labios daban rocío y no bebí.
Redonditos de Ricota


Las despedidas son difíciles. Todo el tiempo nos estamos despidiendo de cosas. A lo largo de la vida dejamos atrás consortes, amantes, hijos, hijas, padres, madres, hermanos, amigos, trabajos, estudios, casas, autos, gustos, placeres, hobbies.
Pasamos el tiempo buscando desesperadamente aferrarnos a algo que sea duradero, inmortal. Tratamos de ponerle etiqueta de eternidad a todo. Siempre extender la cuerda un poco más.
No entiendo. ¿Por qué no abrocharse a fechas de vencimiento? ¿Son tan malos los finales?
Cuando algo se prolonga más de lo que debe, pierde su pureza, su simplicidad, su candor. Deja atrás su esencia para convertirse en un artificio plástico, sin vida real.
Todo perece. Nada le escapa al círculo de la vida.
Es así. Nacer y morir. No se puede obviar ni uno ni lo otro.

1 comentario:

  1. Los finales...
    por suerte cada uno de ellos tiende a crear un nuevo comienzo.

    Así es como se juega a vivir.

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